martes, 1 de junio de 2010


Especies

Características

El pelaje posee diferentes tonalidades según la especie y la subespecie de la que se trate. Los linces canadiense y euroasiático oscilan entre el pardo y el amarillento, desarrollando un pelaje más largo y grisáceo en invierno. El lince ibérico es de color pardo mientras que el lince rojo, como su nombre indica, posee un manto pardo - rojizo. Las cuatro especies poseen manchas y rayas cuya densidad varía según los individuos. Por lo general, los animales más intensamente moteados son los que viven más al sur. La especie más grande es la euroasiática, que puede llegar a alcanzar los 30 kg de peso, y la más pequeña la ibérica, que raramente llega a los 20.

Historia natural

Se trata de animales preferentemente forestales. El lince ibérico habita en bosques de tipo mediterráneo, mientras que el euroasiático y el canadiense alternan los de coníferas y hoja caduca. También pueden habitar en zonas más despejadas, como la tundra. El lince rojo es común tanto en bosques como en las grandes llanuras y áreas de matorral del centro y oeste de Norteamérica. Las presas más comunes son los lagomorfos y roedores de cierto tamaño, a las que se añaden de forma más ocasional aves y ungulados de pequeño tamaño, como corzos y crías de ciervos y muflones. Los pequeños carnívoros, entre los que se incluye el gato montés, tampoco escapan a su depredación.


El estado en que se encuentra cada una de las cuatro especies de linces es tremendamente variable. El lince rojo, el eurasiático y el canadiense presentan números bastante altos y distribuciones amplias, mientras que el lince ibérico, por el contrario, es el felino más amenazado del planeta y el único listado en la Categoría 1 de la Lista Roja de Especies de la IUCN. La población del lince ibérico se reduce a apenas 200 ejemplares, repartidos en pequeñas áreas del suroeste de la Península Ibérica (en tiempos históricos llegaba a los Pirineos) entre las que destaca el Coto de Doñana. A pesar de los recientes éxitos del programa de cría en cautividad llevado a cabo en España, la especie todavía sigue en declive por culpa de los atropellos en las vías públicas, la destrucción de su hábitat y la escasez creciente de su base alimenticia, el conejo europeo, debida fundamentalmente a la mixomatosis. También se producen muertes cuando los animales quedan atrapados en trampas para conejos e incluso al ser cazados por furtivos aunque, por fortuna, esto último va remitiendo gracias a la cada vez más estrecha protección gubernamental.

Lince rojo fotografiado en California.

El grado de amenaza de otras especies se torna desigual cuando se comparan subespecies o poblaciones entre sí. Así, por ejemplo, mientras que el lince eurasiático se considera abundante en términos relativos y las subespecies siberianas y de Extremo Oriente cuentan con miles de ejemplares, su presencia en Europa, Oriente Medio y el Himalaya se ha vuelto rara, hasta el punto de que ha desaparecido por completo de numerosas regiones. Las principales amenazas para este animal son la destrucción de su hábitat y la caza, tanto deportiva como para explotar comercialmente sus pieles. En la actualidad, prácticamente todos los países europeos, con escasas excepciones como Bielorrusia y Ucrania, han prohibido la caza de este animal o la han restringido de alguna manera. Así mismo, se ha logrado reintroducir la especie en Alemania, Austria y Francia con éxito.


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